Poesía es verte bailar,
sin dejar de hacerlo.
Aunque tu mirada cansada,
llueva porque no puedas más.
Notas tus huesos rompiéndose poco a poco,
y tus pies casi muertos,
pero no dejas de bailar.
Con cada movimiento,
desparece la niebla.
Y yo,
sintiéndome, no sé,
quisiera ser tus puntas, para bailar contigo.
Me encanta cuando bailas,
porque estás como preciosa,
estás como cisne.
Qué envidia,
quizá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario